Reforma electoral implica revisar democracia directa y comunitaria


No queremos tumbar la democracia representativa, sino reivindicar la participativa, aclara el diputado Pablo Gómez ílvarez


El Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, afirmó que una reforma electoral implicarí­a revisar las formas de democracia directa y comunitaria, porque no sólo se trata de analizar el sistema electoral.

Al participar en la mesa “Obligaciones de partidos“ de los Foros de parlamento abierto para la Reforma Electoral y del Estado, el legislador resaltó la asistencia de todas las fuerzas polí­ticas. “También se pueden sumar aquí­ las comisiones y quienes quieran contribuir“.

“Nosotros tenemos algunos proyectos que me parecen indispensables: el del federalismo y municipalismo y el de la polí­tica exterior del Estado. Sobre la reforma del Estado hay que seleccionar los temas, porque en estos foros se han vertido muchos“.

Por su parte, el diputado de Morena, Pablo Gómez ílvarez, en representación de la presidenta de su partido, Yeidckol Polevnsky, subrayó que en la medida en que las democracias avanzan, la representación es menos necesaria; se llegará a un nivel tal de desarrollo en el que nadie requiera ser representado por otro, pero por lo pronto no queremos “tumbar la democracia representativa, sino reivindicar la directa y la participativa“.

“Nosotros invitamos a todos los partidos a conversar sobre el tema, así­ como otros muchos, con el objeto de buscar un nuevo consenso sobre la autonomí­a, imparcialidad, apego a la legalidad y eficacia del aparato electoral del paí­s“, comentó.


Agregó que la austeridad republicana no es abaratar, sino evitar el derroche y la mala administración, dar el mejor uso posible a los fondos y recursos públicos, acabar con los privilegios económicos. “Estamos abiertos a la búsqueda sincera, crí­tica, verdadera, comprometida de un consenso para hacer una reforma de Estado y una reforma electoral“.

Estimó necesario que la ciudadaní­a tenga más derechos, entre ellos, los decisorios, por lo que el sufragio no puede seguir siendo la única forma. “Hay que abrir los caminos a través de los cuales las personas puedan tomar la mayor cantidad de decisiones, desde la comisarí­a, el municipio, región, el estado y pueblos indí­genas“.

El presidente del PAN, Marko Cortés Mendoza, consideró viable reincorporar la segunda vuelta electoral para elección de gobernadores y Presidente de la República. “México es de los pocos paí­ses con un sistema presidencial que no contemplan esta figura, lo cual permite que el ganador de la elección presidencial o de gobernador no tenga una mayor legitimidad y apoyo ciudadano“.

Subrayó que nunca en una reforma electoral se vivió un avasallamiento y eso es algo que se debe cuidar, que no debe ocurrir. “Siempre se privilegió el proceso constante de diálogo y de construcción de acuerdos muy amplios“.

Otro punto relevante, agregó, es la proporcionalidad; es decir, que el porcentaje de votación que obtenga un partido en el Poder Legislativo se traduzca lo más fielmente posible en su representación parlamentaria y que no se distorsione la voluntad ciudadana. “El ejemplo más reciente: hoy Morena en esta Cámara Diputados tiene el 51.4 por ciento de los asientos, habiendo obtenido como partido el 41 por ciento de la votación total válida emitida“.

Dijo que la reforma necesaria y urgente es la de lograr una correspondencia real entre los votos emitidos y los asientos legislativos, a fin de que los espacios en los órganos de representación reflejen fielmente la preferencia de los ciudadanos.


La presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, advirtió que la reforma polí­tica que se pretende “surge por primera vez en la historia de la democracia mexicana desde la hegemoní­a del poder presidencial“. Se debe plantear qué se busca, ya que no queda claro que sea un objetivo amplio, compartido, que amerite abordarlo.

Consideró que reducir o eliminar a los legisladores plurinominales implicarí­a regresión y riesgo de sobrerrepresentación de las mayorí­as electorales. Subrayó que se puede hacer más racional el sistema de partidos, pero hay que replantear la fórmula de asignación del recurso público. Planteó cambiar el tope de recursos privados que se pueden recibir, siempre y cuando sea fiscalizado, transparente y que cada partido pueda acceder a un mayor porcentaje de fondos públicos, para no arriesgar la totalidad de sus funciones y el pluralismo polí­tico.

Resaltó que al reducir o eliminar a los consejeros electorales o de los OPLE, se estarí­a ante el peligro de subvertir el sistema federal. Propuso evaluar lo que hacen esos organismos, reducir duplicidades y revisar el número de magistrados locales, pero con criterios demográficos, geográficos, que atiendan la complejidad y pluralidad polí­tica de cada región.

La revocación de mandato y la consulta popular no están planteadas hoy como figuras que empoderan a los ciudadanos, sino que “buscan apuntalar y atrincherar al Poder Ejecutivo, subvirtiendo la representación que manda la Constitución, y subvirtiendo el principio de pluralidad“. Se pronunció por una democracia eficiente, cercana, de calidad y que empodere al ciudadano. “Y para eso necesitamos instituciones fuertes, un sistema de partidos fuerte, un sistema polí­tico-electoral que garantice los principios democráticos“.


El coordinador Nacional de Movimiento Ciudadano, José Clemente Castañeda Hoeflich, consideró que no hay claridad sobre los objetivos normativos y lo que se quiere corregir; pero en lo que sí­ hay es el intento por introducir la revocación de mandato “para que el presidente pueda hacer campaña polí­tica en el 2021. Pero, fuera de ese objetivo polí­tico particular, no estoy muy claro de qué es lo que se quiere corregir del sistema electoral“. Estimó que el peligro radica en provocar consecuencias imprevistas y “daños irreparables al sistema democrático“.

Dijo que su partido identifica como problemas el derroche de recursos públicos y el desencanto de los ciudadanos; por ello, se pronunció por discutir una reforma que permita combatirlo y recuperar el encanto ciudadano sin alterar los principios democráticos. Precisó que bajo ninguna circunstancia se debe poner a competir en el contexto de una reforma electoral, los principios democráticos de equidad, pluralismo, representatividad, certeza, transparencia e, incluso, austeridad.

Se pueden tener elecciones más baratas y menos burocracia electoral, pero nunca a cambio de la independencia y profesionalización de las autoridades electorales. Consideró que puede haber avances en la regulación e implementación de la urna electrónica. Asimismo, eliminar el monitoreo de medios que realiza el INE, transitando, al mismo tiempo, a un modelo de comunicación menos espotizado y más liberal.

Sostuvo que hay posibilidades de un sistema de partidos menos costoso, pero garantizando la equidad en el acceso a los recursos. Consideró que otro modelo de comunicación polí­tica radica en cambiar los spots por ideas y que el modelo de distribución de tiempos en radio y televisión sea totalmente equitativo. Además, dijo, es posible un Congreso que cueste menos, pero sin destruir la pluralidad polí­tica y sin fórmulas que construyan mayorí­as artificiales. Estimó que se puede legislar la revocación de mandato, pero siempre como mecanismo de control democrático y no a manera de instrumento de campaña permanente.

Alberto Anaya Gutiérrez, presidente del Partido del Trabajo, argumentó que hoy se abrió una nueva etapa, y no sólo se quiere un cambio de gobierno, sino de régimen auténticamente democrático, y externó su preocupación respecto de que desde 1996 a la fecha se ha visto “una cerrazón de espacios democráticos, porque cada vez que se habla de reforma electoral es cerrar espacios de participación electoral y restringir“.

Dijo que es grave el pretexto de reducir el financiamiento público a los partidos polí­ticos. “Somos partidarios de que no haya financiamiento privado, que todo sea público, porque que se trata de que los gobernantes y los representantes populares lleguen sin compromisos con poderes fácticos; ése es el problema, que sólo le deban al pueblo y a la ciudadaní­a su posibilidad de participar en la vida democrática, porque luego salen más caros“.

Externó el peligro de reducir el sistema de participación bajo el principio de representación plurinominal, ya que es una regresión grave. “Pugnamos por fortalecer, no reducir el número de diputados, sino crecer el número, ya que las y los diputados van ligados a la participación y a la representación popular. Somos partidarios de que se mantenga la pluralidad en los municipios y los cabildos“.

Precisó que su partido está a favor de una administración más racional de los recursos que se destinan a los partidos, pero empezando por el INE. “Creemos también que la reducción de presupuestos con racionalidad debe pasar por mayor equidad; estamos a favor de que el recurso financiero sea igualitario y estamos a favor de que la participación en medios de comunicación sea igualitaria. Queremos piso parejo para que la democracia sea verdadera y dejemos de lado la República simulada“.

Camerino Márquez Madrid, integrante de la Dirección Nacional Extraordinaria del PRD, señaló que su partido, a lo largo de sus 30 años de existencia, ha logrado construir y aportar a las instituciones democráticas del paí­s. “Recordar la historia de las autoridades electorales implica reconocer la autonomí­a y participación de los ciudadanos para tener confianza en ellos, y hacer de la polí­tica una realidad de participación social ciudadana y no del gobierno“.

Pugnó por honrar los principios en materia electoral, ya que equidad, legalidad, imparcialidad y máxima publicidad, son elementos que han dado certeza a la vida polí­tica.

El INE, dijo, ha sido el esfuerzo de la Reforma Electoral de 2014, que logró mayores alternancias en la democracia moderna. “No podemos cambiar lo que funciona bien. Debemos reconocerlo, optimizar recursos, desde luego, pero también recordemos que el tema de la fiscalización se incluyó justo por los excesos del partido en el gobierno, por la cantidad de recursos en los monederos electrónicos“.

Mencionó que no se puede retroceder a un sistema electoral regresivo, autoritario y centralista que ejerce el recurso público para control polí­tico de las instituciones. “Necesitamos construir más sobre la base de estos principios rectores en la materia electoral, y garantizar más independencia, autonomí­a, certeza, y, sobre todo fortalecer la participación cí­vica de los ciudadanos“.

El presidente Nacional del PVEM, Carlos Alberto Puente Salas, se pronunció a favor de que los partidos polí­ticos entiendan que deben estar al servicio ciudadano y no a la inversa. “La ciudadaní­a nos ha demandado de manera muy clara elecciones más baratas. Debemos disminuir el financiamiento de los partidos polí­ticos, claro que sí­; se requiere un rediseño institucional que haga más eficientes los procesos, eliminar la burocracia, facilitar la participación electoral, promover e incentivar una mejor participación ciudadana“.

Se manifestó por analizar la viabilidad de cambiar la fecha de las votaciones para que no sea en un domingo sino un dí­a a mitad de semana; analizar la posibilidad del voto obligatorio; tener procesos menos costosos, disminuir el financiamiento público a partidos, buscar un esquema más equitativo e igualitario, revisar el diseño institucional de la autoridad electoral, hacerlo más eficiente con menos burocracia y sencillo. “Hay que valorar el voto, a través de una urna electrónica, ya que serí­a una medida a favor del medio ambiente“.

Resaltó que es fundamental revisar la permanencia de los órganos locales electorales y de los tribunales locales electorales, “que serí­a más caro, pues nada más estarí­amos cambiando el dinero de una bolsa a la otra, porque la realidad es que desde aquí­ se les da suficiencia presupuestal a las entidades federativas y estos acaban manteniendo a los órganos locales electorales. Les exigimos autonomí­a e independencia, pero los mandatamos a cumplir a través de una dependencia económica“.

Indicó que es trascendental tener mayor igualdad y equidad de participación electoral, así­ como una correcta rendición de cuentas. “Pasemos de un sistema electoral basado en la desconfianza a uno de la igualdad, confianza y eficiencia. México hoy vive una democracia y debemos fortalecerla y adecuarla a la actualidad, al momento polí­tico que hoy vivimos. Transitemos hacia una más plena y menos costosa“, afirmó.